El Transcantábrico Gran Lujo permite evocar en cada momento y lugar la nostalgia y elegancia de los antiguos ferrocarriles de principios del siglo pasado. Viva experiencias únicas, el placer de mirar, escuchar, oler, tocar y gustar; deje que el tiempo fluya en la cadencia de un suave traqueteo que nos hace avanzar mientras descubrimos nuevos lugares y sensaciones. El tren, las suites, la ruta, la tripulación, la gastronomía…, todo cuanto conforma la oferta de El Transcantábrico Gran Lujo está orientado hacia un único fin: conseguir un viaje inolvidable.
Sus coches salón, auténticas joyas del patrimonio ferroviario, nacieron a finales de los años 20 del siglo pasado con el propósito de prestar un servicio del más alto nivel a las clases adineradas en sus viajes de ocio. La elegante decoración interior rememora aquel tiempo en cada rincón y convierte estos salones en lujosos espacios en los que disfrutar de una espléndida comida, una relajada copa o una velada de diversión y charla con nuestros compañeros de viaje. El coche panorámico, de amplios ventanales, le regalará cada día cientos de imágenes de una desbordante belleza.
Las habitaciones de El Transcantábrico Gran Lujo están especialmente diseñadas para el descanso y la intimidad de los clientes. Al disponer únicamente de catorce Suites, la amplitud, comodidad y exclusividad están aseguradas.
Viajar en El Transcantábrico Gran Lujo es disfrutar de la más placentera y original experiencia de viaje, un recorrido inolvidable por la cornisa cantábrica, con la atención exclusiva de nuestra tripulación y la tranquilidad de un viaje todo incluido, en el que no deberá ocuparse más que de disfrutar de cada momento. Paisajes deslumbrantes, cultura ancestral y gastronomía de alto nivel son las señas de identidad de este tren de época.